Chapa y pintura | Las tres herramientas de las que depende el éxito de un proceso de secado ultravioleta

Roberlo ha elaborado una guía con consejos y recomendaciones sobre los usos de la copa opaca, las gafas protectoras y la propia lámpara UV.

Este proceso permite acortar tiempos en el proceso de repintado de piezas del vehículo
Este proceso permite acortar tiempos en el proceso de repintado de piezas del vehículo

El proceso de secado con ultravioleta ha venido para quedarse en el taller de pintura. Para que el proceso sea eficaz, resulta imprescindible disponer de maquinaria adecuada, preservando al mismo tiempo la seguridad del operario. Roberlo destaca tres herramientas "indispensables" para logarlo: copa opaca, las gafas de protección y la pistola de secado.

La primera herramienta que no puede faltar al trabajar con productos UV es la copa opaca. Esta copa tiene una forma y diseño idénticos a las tradicionales con la salvedad de que es totalmente opaca, con el objetivo de no dejar pasar la radiación UV ambiental hacia su interior. Desde el punto de vista práctico, esto se traduce en la modificación de la viscosidad del producto, algo que puede dificultar la aplicación al espesarse el producto, si tenemos en cuenta que los fondos UV aplicados a pistola utilizan un pico de fluido de entre Ø 1.2 mm y Ø1.4 mm.

En segundo lugar, las gafas de protección UV permiten proteger el aparato ocular del operario durante los procesos de secado, con la finalidad de que la luz UV no provoque daños o patologías en los ojos.

La importancia de la seguridad

Las gafas de protección utilizadas deben ser las indicadas por el fabricante, a fin de garantizar una protección que se ajuste de forma precisa a las características lumínicas del haz de luz emitida por la lámpara de secado. De forma general, una lente que cubra un espectro de luz UV 400nm sirve para ofrecer una buena protección en el uso de lámparas de secado UV. Además, también es importante que este tipo de gafas sean ligeras, cómodas y cubran perfectamente la zona ocular.

Asimismo, y como ocurre con cualquier gafa de seguridad, cabe recordar las siguientes normas de mantenimiento:

  • Antes de cada uso o limpieza profunda es necesario enjuagar las gafas con agua fría para retirar la suciedad superficial que presenta. De esta forma se evita la aparición de daños durante la posterior limpieza de la lente.
  • La limpieza se realiza con limpiadores o toallitas específicas. En su defecto, se puede utilizar agua fría y jabón, pero nunca con papel.
  • Tras su uso conviene guardarlas inmediatamente en su caja o funda para evitar que sufran daños o caídas accidentales.

Finalmente, la tercera herramienta indispensable es obviamente la lámpara de secado. Sin ella, resulta imposible efectuar un secado eficaz del producto UV. Algunas de las características y funcionalidades más importantes que deben reunir estas lámparas son las siguientes:

  • Ofrecer rangos de secado con buenos niveles de irradiancia, con el objetivo de poder utilizar esta tecnología tanto daños de menor envergadura como de mayor tamaño. A modo de ejemplo, las lámparas de secado UV más habituales en el mercado son capaces de cubrir un diámetro de curado de hasta unos 65 cm aproximadamente.
  • Cubrir la totalidad de la longitud de onda UV situada en torno a los 395-400 nanómetros.
  • Estar fabricada con tecnología UV LED para eliminar la necesidad de efectuar su precalentamiento y optimizar, así, el proceso de secado haciéndolo más eficiente.
  • Disponer de pantalla led que indique la carga de la lámpara y el tiempo de secado.
  • Integrar alimentación mediante batería y sin cables. Asimismo, se recomienda disponer de dos baterías para evitar que la lámpara quede inutilizada.
  • Ser cómoda de manipular.
  • Mostrar buena resistencia a impactos de baja intensidad y mostrarse estanca.

En relación con su mantenimiento, las recomendaciones más comunes indicadas por el fabricante son las siguientes:

  • Utilizar siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
  • No utilizar la lámpara cerca de una llama abierta.
  • Proteger los cables de alimentación de contaminantes como el aceite y de cualquier fuente de calor.
  • Efectuar la carga de la batería solamente en interiores.
  • Sustituir la lámpara completa cuando el emisor de luz deje de funcionar por haber llegado al final de su ciclo de vida útil.

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