Los talleres alicantinos están preocupados. Por varias razones. A corto plazo, por la implantación de las ZBE en la ciudad y, más a largo plazo, por la llegada de los vehículos eléctricos. Así lo ha manifestado Guillermo Moreno, presidente de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines de la Provincia de Alicante (Atayapa), quien en declaraciones a "El Periódico de España", califica la situación de "extrema complejidad".

"Nos enfrentamos a un escenario muy complicado, teniendo en cuenta que el volumen de trabajo se va a ver reducido de manera notable con el paulatino crecimiento de los vehículos eléctricos en detrimento de los de combustión", al considerar que “vamos a ver cómo disminuyen operaciones de mantenimiento como los cambios de aceite u otros elementos propios de los motores de gasolina y diésel, para pasar simplemente a ocuparnos de cuestiones como los frenos, las suspensiones o los neumáticos, que sí que son comunes también entre los coches eléctricos”, explica Moreno.

El descenso de entradas también se verá afectado, señalan los talleres alicantinos, por las Zonas de Bajas Emisiones, hasta el punto de que la mitad del millar de negocios de reparación estaría en riesgo de cierre. Indica el medio que la situación es tan crítica que "solo sobrevivirán aquellos que sean capaces de afrontar un proceso de reconversión, adaptándose a la nuevas necesidades del mercado".

Se estima que la ZBE afectará, en el conjunto de España, a casi cuatro millones de vehículos sin etiqueta ambiental, de los casi 11,5 millones de coches que circulan por las ciudades españolas con obligación de tener zonas de estas características. Y según datos de Solera, podrían ser más de 2 millones de vehículos los que acabarían en el desguace, lo que en la provincia de Alicante, atendiendo al parque de la provincia, afectaría a cerca de 175.000 vehículos, la mitad de los cuales se darían de baja.