Reparación | Juzgado el dueño de un taller por vender el coche averiado de un fallecido

El vehículo se había entregado a otro establecimiento cuando estaba averiado para usar las piezas para recambio.

El denunciante indicó que toda la documentación se arregló en la oficina del taller
El denunciante indicó que toda la documentación se arregló en la oficina del taller

La Policía Local de Sevilla ha puesto a disposición judicial al propietario de un taller como presunto autor de una estafa en la compraventa de vehículos usados y falsedad documental, ya que, supuestamente, vendió un coche averiado y defectuoso de una persona fallecida.

Según el Ayuntamiento de la mencionada ciudad andaluza, el 092 recibió la llamada de un hombre denunciando que en un establecimiento de reparación de vehículos se le había negado la hoja de reclamaciones.

El ciudadano manifestó que el dueño del centro le había estafado por haberle vendido, presuntamente, un vehículo de alta gama sin haber comunicado que tenía un defecto.

Cuando los agentes contactaron con el dueño del taller, este alegó que no se dedicaba a la compraventa, sino que reparaba vehículos y ejercía de intermediario, por lo que, en todo caso, la reclamación correspondiente tendría que llegar al vendedor.

Asimismo, el denunciante añadió que toda la documentación se arregló en la oficina del taller y que fue rellenada por el dueño del establecimiento sin que intercediera en ningún momento la parte que, en teoría, lo vendía.

El afectado aportó a la policía un segundo contrato de transferencia de la propiedad del vehículo como justificante de parte del pago del coche, siendo esta una prueba de que el taller sí se dedicaba a la compraventa, lo cual hizo sospechar a los agentes de una posible actividad ilegal.

Tras las gestiones oportunas, las autoridades comprobaron que el domicilio que figuraba en el contrato de la hipotética parte vendedora no existía y que el vehículo no era propiedad de una mujer, sino de un hombre, a lo que se suma que los datos del DNI que aparecían no coincidían con el nombre del propietario anterior.

Además, comprobaron que el propietario legal del vehículo había fallecido y que se había entregado a otro taller cuando estaba averiado para usar las piezas como recambio de otros vehículos.

Por otro lado, los agentes también pudieron constatar que el propietario del taller ofertaba la compraventa de vehículos a través de redes sociales.

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