La seguridad en los vehículos ha aumentado con el paso de los años. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. Así lo demuestra un estudio del Instituto para la Seguridad Vial (IIHS) que refleja que, mientras que los pasajeros delanteros se han beneficiado de los avances en seguridad, los traseros continúan sufriendo la parte más dura de los accidentes.

El informe, que comenzó a desarrollarse en 2014, analiza las lesiones sufridas por ocupantes de más de seis años tras sufrir accidentes. El objetivo es desarrollar nuevas pruebas con ‘dummies’ que evalúen con mayor precisión la protección de los ocupantes en la parte trasera. Se trata de una información que posteriormente se podría trasladar a los talleres para que incluyan este tipo de elementos en sus revisiones.

"Los fabricantes han puesto mucho trabajo para mejorar la protección de los conductores y los pasajeros del asiento delantero”, señala el presidente de IIHS, David Harkey. "Esperamos que una nueva evaluación estimule un progreso similar en el asiento trasero", precisa.

Limitadores de fuerza

Según destacan desde la organización norteamericana, mientras que en los asientos delanteros entran en juego airbags frontales, laterales y cinturones de seguridad; en los traseros los pasajeros sólo disponen, en el mejor de los casos, de los laterales y el cinturón.

Sin embargo, no todos los dispositivos de retención disponen de limitadores de fuerza, encargados de reducir la presión que ejerce el cinturón en los pasajeros al detener el coche bruscamente. Así lo refleja el último estudio del IIHS, que ha comprobado que su ausencia puede causar lesiones en el pecho.

Por otra parte, no es el único sistema que puede reducir las lesiones. Marcas como Ford o Mercedes-Benz han implementado en sus últimos modelos cinturones que se inflan al impactar el vehículo y reparten las fuerzas evitando traumatismos severos.