Reparación | ¿Tiene futuro el coche de hidrógeno?

Juan Francisco Calero, en el canal YouTube de la red de Talleres SPG, explica algunas de las dudas que genera el hidrógeno como combustible y explica cómo funciona el coche de hidrógeno y qué puede esperarse de esta tecnología.

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo y muchos lo ven como el sistema de propulsión definitivo de los vehículos, dejando al coche eléctrico como mero escalón o eslabón de cara a la movilidad con hidrógeno.

El hidrógeno no es una tecnología masiva a corto plazo. A medio plazo van a ir apareciendo cada vez más coches que la utilizan, al igual ocurrió hace 10 años con los primeros vehículos eléctricos.

Para producir hidrógeno hace falta mucha más energía que la que hace falta para almacenarla en una batería, a pesar de que para fabricar el acumulador es necesario un aporte extra de energía, si bien es por una sola vez, ya que en las siguientes utilizamos la misma batería y lo único que se precisa es recargarla.

Principales ventajas

La principal ventaja del hidrógeno es que puede almacenarse, transportarse y repostarse como los combustibles sólidos, de forma que en menos de 5 minutos tenemos el tanque lleno para hacer un sinfín de kilómetros. Además, su depósito de almacenaje es tan seguro como los que se utilizan para la gasolina, el diésel o el gas.

En los vehículos con pila de combustible, el hidrógeno no se quema como se hace con otros combustibles, sino que reacciona con el oxígeno del aire para producir electricidad, que pasa a través de una batería se suministra al motor eléctrico.

Pero para que el hidrógeno sea una fuente de energía limpia, su producción debe hacer son fuentes renovables, lo cual es un proceso energéticamente costoso, en el que se pierde muchísima energía y, por lo tanto, producir hidrógeno solo tiene sentido cuando haya excedentes energéticos.

Combustibles sintéticos

Por otra parte, el hidrógeno también puede mezclarse con el CO2 para producir combustibles sintéticos similares a la gasolina. Esa combinación reduce CO2 atmosférico en el lugar de producción, por lo que sus emisiones son muy inferiores a las de los combustibles fósiles en balance energético; si bien, los combustibles sintéticos son limpios en el lugar en el que se producen (por el CO2 utilizado), pero no en el que se consumen (estos combustibles emiten CO2).

En cualquier caso, muchos países están apostando fuerte por el hidrógeno, porque no apuestan todo a una sola carta, la de la electrificación, y porque tiene sentido en vehículos pesados, barcos, etcétera.

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