La Policía Nacional ha detenido en Melilla a dos individuos por presunta estafa continuada al descubrir que uno de ellos manipulaba los vehículos desde su parte inferior y el otro se ofrecía a repararlos en un taller cercano de su propiedad a los clientes engañados.

A los dos individuos, de 26 y 36 años de edad, se les atribuyen, presuntamente, ocho delitos de estafa a otros tantos conductores a los que cobraron un total de 2.800 euros por reparaciones de averías que ellos mismos provocaban.

La investigación comenzó en septiembre del pasado año, cuando un conductor que había estacionado su vehículo se encontró, al regresar, que este no arrancaba. Al rato, se le acercó un hombre diciéndole que era mecánico, propietario de un taller y una tienda de repuestos para automóvil, y que podría ayudarle a solucionar el problema.

El conductor pagó una factura de 911 euros y recuperó su automóvil reparado esa misma tarde. Este fue el primero de otros siete casos, todos ellos por averías en sus automóviles que fueron, posteriormente, reparadas en el mismo centro.

El Grupo de Delincuencia Urbana (GDU) de la Jefatura, a raíz de la denuncia presentada por uno de los conductores, ha sido el encargado de investigar a lo largo de estos meses las estafas que se han producido en la ciudad autónoma.

Los detenidos actuaban de forma coordinada. Primero, uno desconectaba el cable del sensor del árbol de levas, manipulando este componente al que accedía desde debajo del coche, explican los agentes. Después, el otro se ofrecía a llevar a cabo la reparación de la avería en un establecimiento cercano de su propiedad.

El detenido de 36 años cuenta con antecedentes por falsedad documental y el más joven, por tráfico de drogas y malos tratos en el ámbito familiar. Todos los vehículos manipulados son de la marca Hyundai, modelos GETZ e I-30 Wagon. Los investigadores no descartan que se reciban más denuncias de conductores relacionadas con este caso.