Las revisiones de mantenimiento son la asignatura pendiente de muchos conductores españoles.

Puesto que un alto porcentaje de usuarios desconoce cuándo deben acudir al taller para realizar una revisión periódica, los profesionales tienen en sus manos la posibilidad de concienciar a sus clientes sobre ello, para, entre otras cosas, garantizar una conducción segura y evitar averías graves y costosas.

Para ello, el taller puede identificar el perfil de sus clientes y asesorarles en consecuencia. Según un artículo publicado por EuroTaller en su blog, existen tres tipos de mantenimientos, que dependen de la atención que los propietarios ponen en sus coches: correctivo, preventivo o predictivo.

Así, el cliente correctivo es el que espera a que algo se rompa o se averíe para ir al taller. En este caso encontraríamos averías de componentes como el alternador, la inyección, la unidad confort, el catalizador…, y todas aquellas que el conductor no puede revisar con facilidad.

Los clientes preventivos, por su parte, son los que siguen las instrucciones del fabricante, detalladas en el manual del vehículo. Este perfil realiza las operaciones de mantenimiento en los plazos indicados.

Por último, el cliente predictivo es el que se adelanta a posibles averías o desgastes en un futuro cercano. Este tipo de usuario acude al taller para realizar diagnóstico y mediciones, que eviten averías graves y garanticen la seguridad del coche.

Según recuerda el artículo, lo ideal es aconsejar a los clientes para establecer un plan de inspección periódica, ya sea por meses, semestres o años, para saber en todo momento en qué estado se encuentra el automóvil.