La proliferación de los coches eléctricos trae consigo una mala noticia para los talleres: al no necesitar ni caja de cambios ni embrague, se reducen las operaciones de mantenimiento que puedan necesitar.

Sin embargo, la evolución empieza a tirar por tierra esta teoría y son cada vez más las voces que se preguntan: ¿qué sucedería si los coches eléctricos llevasen caja de cambios?

Un estudio firmado por Voluta Drive afirma que la instalación de cajas de cambios en los coches eléctricos podría aumentar su autonomía hasta el 18%. De esta forma, un coche que, sin marchas, recorre 250 kilómetros sin parar a recargar su batería, con una transmisión manual o automática, podría sumar otros 50 km.

Traspasado este dato al plano económico y con un modelo real como el Nissan Leaf, el estudio supone que el 18% equivale a unos 4 kWh de capacidad de sus baterías y cada kWh tiene un coste de unos 400€.

Queda por ver cuál sería el coste extra de añadir la caja de cambios al equipamiento del vehículo, aunque los creadores del estudio están convencidos de que sería rentable. Una buena noticia, de producirse, para los establecimientos de reparación que sumarían un elemento más a mantener en unos vehículos vistos aún con recelo por una parte del sector.