Malas noticias para los planes de reducción de emisiones de las autoridades españolas. Las medidas antidiésel avanzadas en 2018 no están teniendo el efecto deseado sobre la conciencia de los conductores; al contrario, cada vez se compran más vehículos contaminantes. Las ventas de los automóviles que emiten más de 120 gramos de CO2 por kilómetro recorrido ha superado los 40.000 unidades mensuales en enero y febrero, el nivel más alto desde 2010.
Estos datos, proporcionados por la Agencia Tributaria y recogidos por El Confidencial, reflejan dos fenómenos paralelos en el mercado del automóvil español. Por un lado, la caída de las ventas de vehículos diésel ha empujado las matriculaciones de autos de gasolina, que emiten más dióxido de carbono y ya se sitúan en torno al 70% del total.
Por el otro, el cambio de mentalidad de los consumidores españoles, que cada vez se fijan más en los todoterrenos, especialmente en los SUV. Estos vehículos, de mayor tamaño y más contaminantes, son los únicos que crecen en ventas en el arranque de 2019. Según datos de Anfac, los todoterrenos pequeños crecieron más del 20% en febrero, un porcentaje similar al de la caída 20% de los coches urbanos y utilitarios. Es decir, los automóviles menos contaminantes están dejando su sitio a los que más emiten.
Este alza de las matriculaciones de los vehículos más contaminantes implica un claro revés para la lucha contra el cambio climático y para los ambiciosos objetivos de descarbonización fijados por el Gobierno para la próxima década, que plantean una reducción de emisiones del 38% para 2030 respecto a las producidas en 2005.
Paralelamente, implican más beneficios para Hacienda, puesto que la recaudación por el Impuesto de Matriculaciones va ligada a las emisiones de CO2. En enero y febrero, la Agencia Tributaria ha ingresado más de 95 millones de euros por este impuesto, un 33% más que los 71 millones recaudados en los dos primeros meses de 2018. La cuota media a ingresar por automóvil ha pasado de 336 euros a 492 euros, una subida del 46%.
