Antes de pintar los coches, un paso habitual, y cada vez más demandado, es pulir la carrocería y los faros. Con ello, se eliminan imperfecciones provocadas por el paso del tiempo, lavados incorrectos, efectos del clima, radiación ultravioleta u otros agentes contaminantes o ambientales.

Estos agentes deterioran la capa más superficial del vehículo, lo que conlleva a que se produzcan con mayor facilidad arañazos muy finos (swirls) y el coche pierda el brillo original.

Para saber cómo se deben reparar estas imperfecciones, Loctite publica un artículo en su blog en el que explica que existen numerosos productos para mejorar el resultado del pulido pero que estos no son milagrosos. Para ejecutar un buen trabajo, hay que emplear una pulidora.

Sin embargo, el post advierte de que no es conveniente pulir más de la mitad de la capa de barniz, ya que contiene elementos protectores ultravioleta para la capa de color.

Por otro lado, realizar el pulimento de forma correcta, señala el post, depende de la rutina del taller. No obstante, los técnicos de Loctite explican cómo hacerlo con tres polish: corte, pulido y acabado, en ese orden.

Asimismo, el artículo explica que el polish o pulimento es un compuesto cremoso que contiene microabrasivos que eliminan de forma homogénea las imperfecciones. Para ello, recuerda, los profesionales deben utilizar una pulidora rotativa, que reduce el tiempo de trabajo y elimina capas profundas, aunque puede generar mucho calor y estropear la pintura.

También existe el polish de corte, medio y acabado, recuerda el post, con un poder mordiente menor que el pulimento grueso; esponjas de pulido, con diferentes diámetros y adaptables a las máquinas de pulido, y esponjas de acabado para borrar arañazos y abrillantar.