Reparación | Cuál es el correcto mantenimiento de la caja de cambios del coche

¿Qué mantenimiento necesita la caja de cambios de un coche? Te contamos la forma correcta de hacerlo para cuidar tu vehículo. Sigue leyendo.

Cuál es el correcto mantenimiento de la caja de cambios del coche
Para el mantenimiento de la caja de cambios es necesario comprobar el lubricante de los engranajes

Una de las partes fundamentales de un vehículo es la transmisión. Se trata del elemento que traslada la potencia del motor a las ruedas y permite ganar velocidad, a través de las relaciones. Igual que otras piezas, está sometida a desgaste, así que vamos a explicarte cuál es el correcto mantenimiento de la caja de cambios del coche. 

La caja de cambios es un dispositivo mecánico que se utiliza para aumentar el par de salida o cambiar la velocidad de un motor. El eje del motor está conectado a un extremo de la caja de cambios y, a través de la configuración interna de los engranajes de una caja de cambios, proporciona un par de salida dado y una velocidad determinada por la relación de transmisión.

¿Qué mantenimiento necesita una caja de cambios?

Normalmente, el mantenimiento de la caja de cambios no es como el de otras partes del automóvil, que requiere una revisión regular. Las transmisiones están diseñadas para durar mucho tiempo, pero esto no significa que no se deban revisar cada cierto tiempo. 

Como ocurre con muchas cosas en la vida, más vale prevenir que curar y muchas averías, algunas muy costosas, se pueden producir por malas prácticas al volante. Una conducción agresiva, con cambios de marchas inadecuados, estirando las revoluciones del motor, acelerarán los desgastes naturales que sufren los componentes de la caja de cambios. 

En cambio, una conducción delicada y eficiente evitará muchos problemas en el futuro. Además, supondrá un ahorro económico considerable, tanto en reparaciones como en combustible. A continuación, vamos a ver algunos consejos para realizar un correcto mantenimiento de la caja de cambios y evitar así averías.

Uso correcto del embrague

El uso correcto del embrague influye mucho en la duración de la caja de cambios. Existen una serie de malos hábitos muy extendidos entre muchos conductores que aceleran el desgaste de los componentes de la transmisión como:

  • Apoyar el pie sobre el embrague cuando no es necesario.
  • No pisar a fondo el embrague al cambiar de marcha.
  • Levantar el pie del embrague demasiado rápido una vez que se ha metido la nueva marcha.

Estos gestos aceleran el desgaste del sistema de embrague y afectan negativamente a la caja de cambios. Pueden parecer detalles menores, pero son movimientos que se repiten miles de veces a lo largo de la vida útil del vehículo y produce fatiga en los sistemas mecánicos. 

Por otro lado, no controlar el punto del embrague correctamente puede provocar calentamientos y aumentos de desgaste. Esto es algo que suele ocurrir, sobre todo, entre los conductores noveles en situaciones como al aparcar o arrancar en pendiente. 

También es importante controlar bien el freno y el acelerador, pisándolos y soltándolos cuando es necesario y de manera ágil. Poco a poco, la práctica irá mejorando la forma en que el conductor controla el embrague, de manera que pueda pisarse el pedal en su justa medida.

No pisar en exceso el embrague 

De cara a reducir la velocidad, un buen consejo es utilizar el freno motor, siempre que sea posible. Pero eso hay que hacerlo sin pisar el embrague. Esto no solo favorecerá la vida útil del sistema, sino también un uso más eficiente de los frenos, lo que también contribuirá a evitar averías en estos componentes. El principio básico es emplear la fuerza de oposición al movimiento que se da en el interior del motor para que el coche reduzca su velocidad.

Por otra parte, durante las paradas como los semáforos, conviene dejar el coche en punto muerto y no mantener pisado el embrague durante los segundos que permanece el semáforo en rojo. Esta práctica también es muy habitual en algunos conductores y desgasta muchísimo el sistema. 

Del mismo modo que no hay que pisar en exceso el embrague ni mantener el pie sobre él durante demasiado tiempo, también es preciso no mantener la mano sobre la palanca del cambio. Esta costumbre puede ser muy perjudicial, porque acabas deteriorando el sistema de sincronizadores.

Pérdidas de lubricante en la caja de cambios

Para realizar un buen mantenimiento de la caja de cambios, es necesario comprobar el lubricante de los engranajes, que hace que el sistema se mueva correctamente y disminuye el rozamiento y el desgaste. En el sistema de la caja de cambios pueden existir fugas por las que se pierda este fluido, lo que puede suponer futuros fallos. 

Estas fugas de lubricante se pueden darse por varios motivos:

  • Un mal estado de los tapones de la caja de cambios.
  • Un exceso de aceite también puede hacer que sobrepasemos el límite recomendado por el fabricante y provocar una fuga de fluido, además de mojar elementos innecesariamente.
  • La sujeción de los tornillos puede perderse con el tiempo, debido al movimiento de los engranajes de la caja. Los compartimentos pueden abrirse y permitir filtraciones entre sí.
  • También pueden darse deterioros en las juntas que produzcan pérdidas de lubricante, por tanto, conviene revisar estos elementos con frecuencia y sustituirlos cuando sea necesario.

Mantenimiento de una caja de cambios automática

Las transmisiones automáticas son cada vez más habituales, aunque siguen predominando las manuales. Al igual que éstas, las cajas de cambio automáticas necesitan mantenimiento. Llevan un aceite hidráulico que hay que cambiar cuando lo recomiende el fabricante y, si no haces esta revisión, pueden aparecer averías importantes. 

A la hora de hacer la revisión del vehículo, es fundamental mirar, además del motor, la caja de cambios automática. Estas cajas tienen un aceite hidráulico que se encarga de lubricar los engranajes que hay en su interior, pero también ayuda a realizar los cambios de marcha cuando pasa a través de unas piezas denominadas electroválvulas. 

Esto es importante, porque el mantenimiento de una caja de cambios automática se basa en la sustitución de ese aceite. Normalmente, los fabricantes recomiendan cambiarlo cada 100.000 kilómetros y, además del aceite de la caja, hay que cambiar el filtro del aceite. 

El problema más común de una transmisión automática es la degradación de este aceite, que va perdiendo sus propiedades de lubricación con el tiempo y se va ensuciando. Cuando deja de lubricar, el cambio se va estropeando, ya que las piezas mecánicas cada vez rozan más entre ellas y aumenta su desgaste.

Cuando esto ocurre, aparece un testigo rojo en el cuadro de instrumentos que advierte de un fallo del cambio automático o un engranaje de color amarillo. Esto sucede cuando el aceite se empieza a ensuciar y la caja de válvulas (o mecatrónica) se queda atascada, una rotura bastante común en las cajas de cambio automáticas.

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