Reparación | ¿Somos conscientes de los riesgos que supone un cliente deambulando por el taller?

Desde la revista de Adeada, asociación de talleres de Álava, comparten los riesgos y problemas derivados de este.

Este tipo de riesgos habitualmente no están amparados por las pólizas de seguros
Este tipo de riesgos habitualmente no están amparados por las pólizas de seguros

"Hace unos meses falleció un cliente que no estaba en el lugar que le correspondía", recoge la revista de Adeada (Asociación de Empresarios de Automoción de Álava), en un artículo escrito por Gabriel Martínez, secretario general de Adeabur. "Esto puede volver a ocurrir en cualquier momento, poniendo en riesgo nuestro patrimonio, a nuestros empleados, o nuestra imagen comercial", continúa la publicación.

Algunos clientes deambulan por las instalaciones del taller sin conocer los peligros a los que está sometido. "Verlo todos los días no debe ser justificación para seguir permitiéndolo. No debemos normalizarlo", sentencia la revista, que añade: "Muchos concesionarios de marca hace tiempo que ya limitaron esto". Además, "este tipo de riesgos habitualmente no están amparados por las pólizas de seguros pues pueden achacarse a temeridad o negligencia".

Los problemas más habituales

Según Adeada, para el taller existen varios inconvenientes derivados del paseo incontrolado de clientes:

  • Interfieren en el trabajo de los empleados, provocando sin saberlo despistes, olvidos y retrasos en las operaciones en curso y generan situaciones de riesgo para los propios empleados, accionando accidentalmente o por mera curiosidad mecanismos de máquinas, vertiendo accidentalmente productos o moviendo cosas de sitio.
  • Pueden invadir espacios de circulación, interferir en operaciones de movimiento de vehículos para su posicionamiento en áreas de trabajo.
  • Atentan en potencia contra la confidencialidad de la empresa (pueden ver documentos, procesos, materiales, proveedores, otros clientes, enseres, detalles de vehículos de clientes).
  • Pueden generar situaciones de inseguridad para los bienes de la empresa o para los de los clientes (herramientas y enseres que se “despistan”, cosas que desaparecen de los vehículos), despertando innecesariamente y de manera injustificada desconfianzas para con los empleados o del cliente hacia la empresa y personal).

Los protocolos y recomendaciones de seguridad de los talleres en la generalidad de casos recomiendan u obligan a señalizar y/o restringir los movimientos por áreas acotadas de trabajo, de circulación, de tránsito rodado o de tránsito peatonal… todo ello para reducir riesgos de atrapamiento, de aplastamiento o de atropello. Así como señalizar zonas de riesgo potencial de caída desde distinta altura, de resbalamiento, o de proyección de particular o calor. "Señalizaciones que en muchas ocasiones el cliente desconoce o prefiere ignorar, caso de existir".

¿Dónde está el riesgo potencial?

  • Fuentes de calor (sopletes y pistolas de calor).
  • Procesos químicos corrosivos (manipulación y mantenimiento de baterías).
  • Procesos de corte y abrasión (proyección de partículas).
  • Uso de maquinaria y equipos contundentes (martilleo, pistolas de impacto, elevadores de motores, grúas portaobjetos..).
  • Manipulación de elementos pesados.
  • Movimiento de vehículos.
  • Uso de elevadores y gatos (elevación de vehículos y sus componentes mecánicos, como motores,
    transmisiones, partes de carrocerías, etc.).
  • Uso de materiales químicos y adhesivos (aplicación de pinturas y aparejos, decapantes, antigravillantes, limpiezas con disolventes, etc.).
  • Técnicas abrasivas (lijadoras, esmeriladoras, corte por disco, etc…).
  • Hay aún fosos y espacios a distintos niveles que puede crear riesgo de caídas.
  • Es frecuente que se produzcan derrames accidentales de fluidos en elementos a reparar (aceites, grasas, agua, anticongelantes, ácidos de batería,…) que generan durante el tiempo que media hasta su recogida y limpieza riesgos de resbalar y de caída.
  • Riesgos eléctricos de distinta magnitud (del propio vehículo ya sea de combustión, eléctrico o híbrido,
    de aparatos de carga y recarga, de aparatos y equipos alimentados eléctricamente…).
  • Riesgos de aparatos y elementos a presión (vehículos a gas, circuitos de aire acondicionado, manqueras de aire a presión, etc.).
  • Riesgos de golpearse con elementos móviles y a diferentes alturas.
  • Riesgo de atrapamiento y de atropello (gatos, elevadores, grúas móviles y fijas, vehículos que deben desplazarse por el interior, y de y hacia el exterior de las instalaciones, etc.)

Desde Adeada concluyen: "Cualquier situación anómala puede fácilmente reportar un perjuicio económico por responsabilidades civiles o penales derivadas de la negligencia y ausencia de control preventivo y de seguridad. No dudes en dar instrucciones de estas limitaciones a tus clientes desde la mayor cordialidad pero con la suficiente firmeza para que lo tomen en serio".

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