¿Cuántas veces los propietarios de talleres han expresado su frustración por no encontrar personal cualificado para su negocio? La escasez de profesionales obliga a fomentar la cantera. Los aprendices del presente serán el principal vivero de operarios para las empresas de reparación de vehículos en el futuro. Así lo entiende al menos Asetra, la asociación madrileña de talleres, que ha renovado para 2010 el acuerdo que mantenía con la Fundación Tomillo para incorporar aprendices en prácticas en los negocios de sus asociados.

La Fundación Tomillo trabaja junto con la Comunidad de Madrid en programas de formación e inserción laboral de jóvenes, en los que se incluye uno dedicado a la posventa de automoción. Los jóvenes que participan en este programa reciben, durante dos años, entre 1.100 y 1.800 horas de formación teórica y práctica, lo que les permite realizar después 150 horas de prácticas no remuneradas (cinco horas diarias, cuatro días a la semana) como aprendices en talleres de reparación de automóviles.

Tras esas prácticas, existe la posibilidad de realizar un contrato de formación, como aprendiz, con una duración mínima de seis meses. Este contrato cuenta con bonificaciones de la Seguridad Social para la empresa, así como con una ayuda económica en concepto de formación de los jóvenes y compensación económica por su participación en el programa.

Asetra se ocupa de gestionar a sus asociados toda la documentación requerida para participar en estos programas, a través de un Convenio de colaboración con los centros educativos. El alumno deberá firmar un Anexo para formalizar las prácticas. Para establecer los contratos de formación, el taller deberá firmar previamente un Acuerdo de Colaboración con la correspondiente unidad de formación e inserción laboral (UFIL).