Fuera malos humos del centro de Madrid. El Ayuntamiento de la capital está empeñado en erradicar las emisiones contaminantes del transporte público. Así, entre otras medidas, prepara una norma para prohibir los motores diésel convencionales en los taxis. Malas noticias para los especialistas en reparación de componentes diésel de la comunidad.

Según explica el consistorio, esta decisión se debe a que los motores diésel emiten mucho más dióxido de nitrógeno, un gas perjudicial para la salud, que los de gasolina.

Así, la ordenanza municipal que se está preparando establecerá que la sustitución de los taxis que agoten su vida útil no se podrá hacer con coches diésel. También podría exigirse que, para conseguir una licencia o renovarla, el vehículo no funcione con motor diésel.

El Ayuntamiento de Madrid, además, apuesta por el vehículo eléctrico como solución de futuro a la movilidad en la ciudad. Pretende que, antes de 10 años, los coches no eléctricos que circulen por la ciudad sean algo exótico y, por tanto, que su presencia en los talleres de reparación también lo sea.