ERTE de formación: conocimiento y bonificaciones para los talleres que se acojan

Esta nueva modalidad se aprobó el pasado 1 de noviembre y su objetivo es mantener a los trabajadores en formación mientras no trabajan, para que, cuando puedan volver a sus puestos, lo hagan mejor preparados.

Las ayudas han entrado en vigor en noviembre y se extenderán, como mínimo, hasta febrero de 2022

Con el propósito de mantener a los trabajadores en formación mientras no trabajan, el Gobierno ha incluido en la última prórroga, vigente desde el pasado 1 de noviembre, el “ERTE de formación”, modalidad con mayores exoneraciones asociadas a la impartición de formación a las personas trabajadoras en situación de regulación de empleo. Y es que, el número de trabajadores en ERTE en España, según los últimos datos publicados por la Seguridad Social, sobrepasa los 200.000, de los que más del 30% se encuentra con un contrato reducido.

Dentro de esta prórroga, el ejecutivo pretende exonerar entre el 40 y el 80% del pago de los ERTE, pudiendo llegar en algunos casos al 100%. Además, las empresas tendrán un incremento en el crédito de formación de hasta 425 euros por trabajador para que formen a sus empleados en ERTE o con una reducción de su jornada.

Estas ayudas han entrado en vigor este mes de noviembre y se extenderán, como mínimo, hasta febrero del año que viene. El objetivo es favorecer la empleabilidad de los españoles que actualmente se encuentran en ERTE o con una reducción de la jornada laboral a causa de la crisis generada por la pandemia del Covid-19.

Según Nuria Saavedra, especialista en formación de Synergie HRS, “es vital que, en esta situación, las empresas puedan realizar formaciones para mantener al empleado motivado y actualizado. De esta forma, realizando formación, el trabajador incrementa sus capacidades y habilidades y se prepara para ser reinsertado en la que fue su empresa o bien en una nueva”.

Beneficios

Armin, a través del Blog del taller eficiente, señala que los centros de reparación tienen dos razones para acogerse a este nuevo tipo de ERTE. Por un lado, para que el trabajador adquiera nuevos conocimientos mientras estás inactivo. Así, cuando pueda volver a su puesto, lo hará más preparado. Y, por otro, porque la empresa puede conseguir bonificaciones mientras el trabajador se forma.

Por lo que se refiere a las exoneraciones, el negocio recibe ayudas fiscales y económicas a cambio de que forme a sus empleados en ERTE. Estas pueden ser diferentes según el taller, de forma que hay casos en los que puede llegar a ahorrarse hasta el 80% en la cotización.

Con el propósito de que la mayor parte de estas formaciones sean cubiertas por el Estado, se ha puesto a disposición una “aportación extraordinaria” a través del Presupuesto del SEPE.

El objetivo de la propuesta es que el empleado mejore como trabajador. A priori, será una formación relacionada con el puesto de trabajo, pero el abanico puede ser más amplio y puede formarse en ámbitos nuevos. Aunque el periodo que tienen las empresas para acogerse a los beneficios fiscales acaba, en principio, en febrero del 2022, el plazo para la formación se alarga hasta el mes de junio del año próximo.