El pasado 9 de febrero agentes de la Policía se personaron en las instalaciones de un taller mecánico ilegal, situado en el barrio jerezano de El Chicle, con la intención de clausurarlo. Al parecer, en el establecimiento había motos robadas y, además, estaba abriendo a horas no permitidas por las medidas anti-Covid.

Según refieren algunos medios, cuando los agentes procedieron a retirar dos vehículos con una grúa y abrieron acta para la sanción, algunos vecinos se acercaron para protestar, enfrentándose a ellos y tirándoles objetos. El tumulto creció hasta degenerar en una auténtica batalla campal que se extendió por todo el barrio.

Fueron necesarios disparos de bolas de goma y salvas al aire, además de varias cargas para aplacar el disturbio. Tanto la subdelegación del gobierno como la Policía Nacional han constatado un aumento de la crispación en la población en general y en este barrio en particular ante las medidas restrictivas de la pandemia.

Según la Policía Nacional, la jornada se saldó con dos detenidos acusados de atentado contra la autoridad, así como con el establecimiento de un servicio de prevención en la barriada para evitar nuevos conatos de altercados, que aún continua activo. Las autoridades confían en que relajación de las medidas por la disminución de casos de coronavirus traiga también algo de calma a la ciudad.