Los responsables de producción de la última entrega de Fast & Furious pidieron a Brembo un sistema de frenado para el verdadero protagonista de la película, el Dodge Charger Daytona de 1969. Brembo hizo algo más: diseñó una configuración personalizada de doble circuito, que con toda seguridad hará las delicias de los amantes de las persecuciones al volante.

Este sistema de frenado único tiene dos pares de pinzas de cuatro pistones en aleación de aluminio en las ruedas traseras. Uno de los pares se emplea para la frenada convencional y el otro, conectado a un freno de mano hidráulico, para los derrapajes.

Los discos tienen una superficie de fricción de 72 estrías con anchura de 350 x 28 mm y ranurado para competición TipoIII. Esta tecnología proviene de programas de competición y se basa en sistemas para Gran Turismo disponibles en concesionarios autorizados.