El desgaste de las piezas no siempre sirve como justificación para cobrar una reparación durante el período de garantía de un vehículo. Esto es lo que le ha pasado a un concesionario de Oviedo, que deberá devolver más de 1.000 euros que cobró a un cliente por reparar un volante bimasa roto durante el período de garantía.

Aunque el concesionario alegó que el contrato de garantía ampliado del que gozaba el cliente contemplaba que las reparaciones ocasionadas por el desgaste de las piezas quedaban excluidas del alcance de la garantía -y que éste era uno de esos casos-, un juez ha determinado que no es al propietario del coche a quien corresponde demostrar que la avería no obedece a este desgaste.

Además, el perito que examinó el coche admitió que la pieza podría romperse sin previo desgaste y que para determinar si la rotura se debía a un defecto de material habría que acudir a un análisis microscópico, que no constaba que se hubiera realizado.