El escándalo de la manipulación de emisiones también podría salpicar a Renault. La policía francesa ha llevado a cabo una redada antifraude en instalaciones del fabricante, investigando posibles irregularidades en las emisiones como las que generaron la crisis de Volkswagen, el conocido como 'dieselgate'.

Según diversas informaciones, que citan un folleto publicado por el sindicato CGT, la Oficina Antifraude del Ministerio de Economía galo se habría personado en varias instalaciones de Renault el pasado 7 de enero, con el fin de revisar los estándares de las pruebas y de certificación de los motores.

Los registros tuvieron lugar en el centro de ingeniería de Lardy, el de tecnología de Guyancourt, la planta de Plessis-Robinson y su sede de Boulogne-Billancourt, todos en los alrededores de la capital francesa, según informan varios medios locales.

Unas dos horas después de conocerse la noticia, adelantada por la agencia AFP, la marca lanzó un comunicado en el que confirmaba la investigación pero aclaraba que los agentes no han detectado ningún dispositivo que truque las emisiones de sus coches. Además, aseguraba que cooperará con la investigación.

Los investigadores de la oficina antifraude francesa, según la agencia AFP, habrían confiscado ordenadores del fabricante como parte de la investigación.

Ante el temor de un posible nuevo caso Volkswagen, las acciones en bolsa de Renault han llegado a retroceder el 23%, su mayor caída desde 1999.

En el mencionado comunicado, Renault aseguraba que las autoridades galas están realizando pruebas en vehículos de diferentes marcas del país, entre las que se encuentra Renault, y afirmaba que durante el proceso no se ha detectado ningún dispositivo manipulador de emisiones.

Además, la compañía confirmó que, a raíz del caso VW, las autoridades galas crearon una comisión, a través de la que realizarán pruebas a 100 vehículos en el país, entre los que se encuentran 25 unidades de Renault (por su cuota de mercado en el país vecino).

En este sentido, el fabricante ha señalado que hasta finales diciembre se habrían analizado once vehículos, entre los que se incluyen cuatro de la marca Renault, en los que no se habría revelado la presencia de software o dispositivo que manipulara las emisiones.