La llegada de los coches autónomos será una realidad dentro de poco tiempo. Una tecnología que afectará al modo de entender la conducción y a las propias aseguradoras que ya se preparan para esta nueva situación.

Todo apunta para que el año 2020 sea la fecha en la que entren en circulación estos vehículos inteligentes y, según El Economista, se calcula que en 2035 se habrán vendido más de 50 millones de estos automóviles en todo el mundo. En 2050, todo el parque automovilístico mundial será autodirigido.

Pero ¿cómo hacen frente los seguros a esta perspectiva? José Manuel Villar, director de siniestros de Direct Seguros, señala en el citado medio que estos coches reducirán la siniestralidad, ya que el 85% de los accidentes se producen por fallos humanos.

Los precios de las pólizas, por tanto, se verán afectados. "El precio de las primas seguirá ajustándose a las necesidades de cada cliente y la tecnología y el tipo de vehículo también influirá en esta variable", explica Villar.

Algunas compañías estadounidenses, como Geico, planea subir las tarifas de sus pólizas el 3,5% de media y otras, como es el caso de Allstate, ya las han incrementado el 6,9% desde junio.

"La llegada de la conducción autónoma supone un paso más en la consecución de la personalización absoluta de los seguros. El riesgo de los conductores autónomos estará perfectamente definido y controlado y se podrá ofrecer a cada asegurado un producto único y ajustado a sus necesidades”, apunta el director de siniestros de Direct Seguros.

Asimismo, desde la compañía subrayan que esta tecnología unida a la inteligencia de datos, proporcionará a las aseguradoras información de gran valor que supondrá una revolución en el sector.

De momento, no todas las cuestiones están claras y aún surgen múltiples dudas, como quién será el responsable de los accidentes cuando convivan coches autónomos y convencionales, que el sector deberá solucionar en los próximos años