Audi acaba de presentar un proceso con el que la compañía da la opción a sus clientes de personalizar sus vehículos después de haber sido pintados gracias a la serigrafía mate.

“Este método es un excelente ejemplo de la flexibilidad de nuestra producción. Ser capaces de implementar la personalización dentro de la producción en serie es uno de los objetivos de nuestra fábrica inteligente“, comenta Hubert Waltl, director de producción de Audi AG.

El proceso habitual que se sigue para pintar un coche consiste en aplicar un recubrimiento catódico por inmersión para proteger la carrocería de la corrosión y, al menos, tres capas adicionales: imprimación, capa base y laca transparente, que actúa como una capa protectora superior.

Con el nuevo sistema, primero se coloca una plantilla del patrón sobre el componente a personalizar. A continuación, se rocía un polvo especial sobre la superficie, con lo que la capa de barniz se vuelve áspera con una profundidad de unas milésimas de milímetro. De esta forma, se consigue el efecto con el que se plasma un patrón mate y homogéneo, y que las marcas sean visibles.

“Con este proceso, modificamos el brillo de la pintura y su intensidad. La luz que ilumina la superficie se refleja entonces de forma difusa por las áreas de la superficie que han sido tratadas. Esto es lo que hace que parezca mate”, explica el gerente del proyecto, Erhard Brandl.

Asimismo, la firma indica que el taller de pintura de la compañía puede aplicar casi cualquier patrón que un cliente desee, siempre que no afecte a derechos de terceros.

El Audi R8 es el primer modelo para el que se ofrece esta tecnología, a través del programa de personalización Audi Exclusive. Si lo desean, los clientes pueden tener sus letras individuales y gráficos aplicados a los sideblades del R8 Coupé y la versión Spyder. No obstante, la marca prevé extender la oferta a otros modelos.