¿Quién no ha jugado alguna vez, mejor o peor, con un videojuego? Arcade, la play, el móvil, etc. Qué sensación aquella la de ir pasando de pantalla en pantalla, siendo capaz de batir a nuestros amigos o rivales. Todo por lograr el récord de puntuación y ver nuestro nombre en lo más alto de la pantalla.

Por mi parte, nunca he sido especialmente habilidoso con esos cacharros. Es un tipo de ocio que no logra atraer mi atención. Para ser sincero, por modernos que sean, por gráficos espectaculares que contengan, me parecen simples y aburridos.

No puedo evitar ver en todos ellos una característica común que me saca de quicio: todos, sin excepción, están basados en una estructura rígida que impide totalmente romper los límites impuestos por el programador. Es un sistema monótono de paso a paso, por el que sólo podemos saltar a la siguiente fase si hemos logrado los ridículos objetivos que nos han impuesto en la fase anterior.

Ya de muy joven aborrecí este tipo de juegos. Recuerdo frecuentar aquellas salas de videojuegos en las que nos arremolinábamos alrededor de la máquina de turno a echar moneda tras moneda, con el fin de probar una vez, otra, y otra más, hasta que, por pura insistencia, lograbas pasar de “pantalla”.

Garantizando el jolgorio y la envidia de los observadores. No sabías muy bien cómo lo habías conseguido, pero cuando te quedabas con el truco, lo repetías una y otra vez, una pantalla tras otra. No entendías nada, pero… ¿a quién le importaba? Tú, y solo tú, lo habías logrado. ¡Habías cazado al Pokémon!

Máquinas de diagnosis

En las frecuentes visitas a mis clientes, sobre todo en las marcas oficiales, siempre que puedo me gusta pasar por el taller y no puedo evitar observar a los sufridos técnicos intentando lidiar con las máquinas de diagnosis. Tengo la sensación de haberme retrotraído en el tiempo y estar, más que en un taller, en una de estas salas de videojuegos en las que los técnicos pelean de forma casi obsesiva con estas máquinas del averno. ¡Tengo que pasar al siguiente nivel!

En estas situaciones se puede palpar su enorme frustración al tener que pelear con unas máquinas que les impiden tomar la más mínima decisión, so pena de severo castigo si osan pasar de pantalla siguiendo algún atajo.

Es por tanto lógico y esperable que el objetivo de los resignados técnicos y diagnosticadores sea cada vez más “cazar el Pokémon” que les premiará con el deseado tick verde que dirá que la máquina por sí sola ha diagnosticado correctamente el fallo del vehículo (…o no).

Entonces, me pregunto: ¿Para qué un diagnosticador humano? Si las máquinas son tan listas por sí mismas, por qué no conectarlas de forma más o menos remota y que sean ellas solas quienes hagan toda la diagnosis sin la mínima intervención de los molestos humanos.

Inteligencia artificial

Siendo esta una cuestión tan sensible y compleja no me atreví a plantear mi visión única en un artículo como este, ya que no me considero poseedor de la lucidez y los conocimientos necesarios. Así que decidí que la mejor opción era reflexionar sobre este tema con una inteligencia superior a la mía: la Inteligencia Artificial.

Las dos siguientes preguntas son un extracto de una charla real con ChatGPT:

Jesús: ¿Crees que los sistemas actuales de diagnosis y reparación anulan el factor humano, quien tan solo debe seguir unas instrucciones dictadas por la máquina de diagnosis del fabricante?

ChatGPT: Es cierto que los sistemas de diagnóstico y reparación actuales en la industria automotriz han evolucionado y dependen en gran medida de herramientas y software de diagnóstico proporcionados por los fabricantes de vehículos. Estas herramientas pueden proporcionar instrucciones específicas para seguir durante el proceso de diagnóstico y reparación.

Sin embargo, es importante destacar que el factor humano sigue siendo crucial en el proceso de diagnóstico y reparación. Aunque las herramientas de diagnóstico pueden ofrecer orientación, los técnicos automotrices deben interpretar y analizar la información proporcionada, aplicar su experiencia y conocimientos técnicos, y tomar decisiones basadas en su juicio profesional.

Los sistemas de diagnóstico no siempre pueden proporcionar respuestas claras y definitivas a todos los problemas. En muchos casos, la experiencia y la habilidad de los técnicos son fundamentales para identificar problemas complejos, especialmente cuando los síntomas no se alinean exactamente con los códigos de error o las instrucciones de diagnóstico. Los técnicos también deben realizar pruebas adicionales, realizar inspecciones visuales y utilizar su experiencia para resolver problemas que pueden no estar directamente relacionados con los datos de diagnóstico.

Además, el factor humano es esencial en la parte de la reparación, donde se requiere habilidad manual, conocimiento de los componentes y sistemas del vehículo, y la capacidad de adaptarse a situaciones inesperadas o imprevistas que puedan surgir durante el proceso de reparación.

En resumen, si bien los sistemas de diagnóstico y reparación actuales pueden proporcionar orientación, el factor humano y la experiencia de los técnicos automotrices siguen siendo vitales para realizar diagnósticos precisos y reparaciones efectivas en los vehículos.

Jesús: ¿Y crees que este sistema de diagnosticar y reparar será el dominante en el futuro?

Chat GPT: Es probable que los sistemas de diagnóstico y reparación basados en tecnología continúen desempeñando un papel importante en la industria automotriz en el futuro. A medida que los vehículos se vuelven más avanzados y complejos, es necesario contar con herramientas de diagnóstico especializadas y software específico para abordar los problemas de manera eficiente.

Además, la conectividad de los vehículos y el crecimiento de la Internet de las cosas (IoT) están llevando al desarrollo de diagnósticos remotos y actualizaciones de software a través de la conexión en línea. Esto permite a los fabricantes de automóviles y talleres diagnosticar y solucionar problemas de forma remota, lo que puede agilizar el proceso de reparación.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la intervención humana seguirá siendo esencial en muchos aspectos de la reparación automotriz. La experiencia y el conocimiento de los técnicos serán necesarios para interpretar los resultados de las herramientas de diagnóstico, realizar pruebas adicionales, llevar a cabo reparaciones físicas y adaptarse a situaciones imprevistas.

Además, el factor humano también es valioso en la interacción con los clientes y la comprensión de sus necesidades y preocupaciones. Los clientes pueden requerir explicaciones detalladas sobre los problemas de sus vehículos y confiar en la experiencia y asesoramiento de los técnicos para tomar decisiones informadas.

En resumen, si bien es probable que los sistemas de diagnóstico y reparación basados en tecnología continúen siendo dominantes en el futuro, la intervención humana y la experiencia de los técnicos seguirán siendo fundamentales para garantizar diagnósticos precisos, reparaciones efectivas y una interacción satisfactoria con los clientes.

Siendo esta la opinión de la inteligencia artificial, parece que no hay realmente nada de lo que preocuparse. O tal vez sí.

Artículo incluido en el Manual del Taller de Electromecánica y Diagnosis 2023 de Infocap