Así afecta la ley de residuos a los talleres de los concesionarios
Los talleres tienen un compromiso medioambiental y unas obligaciones que cumplir para la adecuada gestión de residuos, para lo cual es imprescindible conocer cómo clasificarlos y procesarlos.
Según la regulación actual, los talleres son productores de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, y, por tanto, deben seguir una serie de obligaciones legales y buenas praxis en el ámbito medioambiental, explica Ambar Plus en un artículo del que se hace eco la patronal de los concesionarios, Faconauto.
Los talleres tienen un compromiso medioambiental y unas obligaciones que cumplir para la adecuada gestión de residuos, ya sea en almacenaje, etiquetado y distribución de cada uno de los residuos generados. La sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para las empresas, no sólo por la mayor concienciación y preocupación de la población en este ámbito, sino también porque cada vez las regulaciones son más estrictas con empresas que no cumplen con la normativa.
Clasificación de los residuos
Dentro de los centros productores de residuos, la legislación diferencia entre pequeños y grandes productores. Los talleres, por lo general, están dentro de los primeros y los residuos sólidos que suelen generar se clasifican en:
- Residuos Peligrosos o tóxicos. Todo residuo que presenta una elevada peligrosidad para la salud de las personas o el medio ambiente, tales como baterías, pinturas, aerosoles, airbags, aceites de motor, líquido de frenos, etcétera.
- Residuos contaminados. Se trata de residuos que, por su naturaleza, no son peligrosos pero que, al ser utilizados, han quedado impregnados con otras sustancias que sí lo son, como grasa, pintura, envases con restos de producto químico y filtros usados, entre otros.
- Residuos inertes o no peligrosos. Son los que no presentan ningún tipo de peligro ni toxicidad, como cartón, neumáticos, chatarra, vidrio, etcétera.
Procesamiento
Cada uno de estos grupos de residuos deben procesarse de una manera diferente. Todo lo que sea líquido y aceite tiene que ser almacenado en bidones estancos de plástico con tapa, que han de ubicarse dentro del edificio o en zona cubierta que lo proteja de la lluvia, separado del suelo y protegido para evitar vertidos masivos.
Los neumáticos deben almacenarse bajo techo y, al igual que las baterías, puede contactarse con una empresa, como Ambar Plus, para que le den una segunda vida.
En el caso de los restos que quedan en el suelo por temas de mantenimiento de vehículos se utilizará sepiolita, un material que limpia y absorbe dichos restos.
Residuos peligrosos
Para los residuos peligrosos, el taller debe contactar con un gestor autorizado y tener realizado un inventario de sus residuos, donde se indicarán tipos, cantidades y frecuencia en la generación de estos. Además, los residuos deberán estar almacenados por tipos, sin mezclarlos y de manera que los envases sean lo suficientemente robustos para su traslado, y que no haya ningún tipo de riesgo por el contacto con el residuo almacenado (reacciones químicas u otras). Asimismo, deben ordenar la retirada y traslado de los residuos por parte del gestor autorizado y disponer de toda la documentación final generada.
La normativa es compleja y extensa y hay leyes que están determinadas a nivel nacional y otras, por cada Comunidad Autónoma. Respecto a la normativa regional, cada Comunidad Autónoma es la que las tiene publicadas en sus respectivos boletines oficiales.
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