Pedro Madroño, fundador de los talleres de Toledo y Talavera de la Reina que llevan su nombre, ha fallecido a los 80 años de edad a causa de un cáncer de pulmón.

Casado y con dos hijos, ha dejado un importante legado a su familia pero también al sector de la reparación, después de casi siete décadas consagradas al taller, habiendo empezado su andadura como chapista carrocero a los catorce años de edad.

Su familia le recuerda con respeto y cariño: "Era constante y serio en el trabajo y siempre tuvo claro que había que ir por delante y hacer las cosas bien, pero a pesar de eso tenía un humor increíble", explica su hijo Ángel Madroño, quien además se muestra agradecido por todo lo que les enseñó.

De la madera a los eléctricos

"Mi padre empezó cuando se hacían las carrocerías de madera y ha acabado viendo lo último en eléctricos. Salió de un taller como asalariado para emprender en un taller de 350 metros y luego pasó a uno de 1.500 metros con muchísima tecnología", cuenta su hijo.

Tenía también absoluta devoción por el negocio: "Nunca se jubiló de verdad, siempre venía al taller para estar al tanto y aportar su granito de arena. Y lo hizo hasta un mes antes de fallecer", explica Ángel Madroño.

Un profesional de referencia

Pedro Madroño se anticipó. Según explica su hijo, fue un visionario en cuestiones como tener el control de todos los procesos del taller, poner fechas de entrega a los trabajos o implantar la última tecnología.

Se convirtió así en un referente del sector, habiendo llegado a participar en el programa de televisión 'Negocios al límite', en calidad de taller de referencia nacional, para ayudar a un establecimiento de reparación al borde de la ruina mostrándole una metodología de trabajo basada en la profesionalidad y las nuevas tecnologías.

Desde Infocap/Infotaller transmitimos el más sentido pésame para sus familiares y amigos. Descanse en paz.