Si una marca de vehículos impone a sus talleres oficiales y concesionarios compras de recambios más allá del 30%, ambos deberán autoevaluar si esta circunstancia juega en contra de los intereses de los consumidores. Es una de las primeras indefiniciones que se han encontrado en el nuevo Reglamento 461/2010, que entró en vigor el pasado 1 de junio (ver noticia). Así lo ha explicado la patronal de los vendedores de coches Ganvam.

Según la patronal, la anterior legislación prohibía imposiciones de las marcas en este sentido por encima del 30%. Para el resto de las compras de recambios, el concesionario tenía vía libre, al menos legalmente.

Pero ahora, deberán ser concesionario y marca quienes establezcan si una imposición que supere ese límite afecta a la libre competencia. Esto se traduce en una especie de limbo que, según Ganvam, puede provocar inseguridad a las empresas.

No obstante, Ganvam ha explicado que ningún concesionario ha llegado a hacer uso de su derecho de no comprar más del 30% de sus recambios a la marca mientras ha estado en vigor el anterior Reglamento 1400/2002, ya que sus porcentajes de compras habituales a la marca que representan superan en mucho ese 30%.