El escándalo de las emisiones de gases contaminantes de Volkswagen “demostró que el sistema que permite a los coches su circulación necesita mejorarse”, asegura Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión Europea.

Por eso, este organismo ha presentado una propuesta para modificar el actual sistema de homologación de vehículos, según ha informado en un comunicado.

La reforma contempla multas de hasta 30.000 € por vehículo trucado tanto a fabricantes como a los servicios técnicos encargados de los controles. Además, el Ejecutivo comunitario podría suspender o retirar el permiso a los servicios técnicos que no apliquen las normas de homologación de forma correcta.

Como parte de la reforma, la Unión Europea pretende cambiar el sistema de vigilancia y realizar controles aleatorios de coches que están en circulación, en lugar de llevarlos a cabo únicamente antes de su comercialización.

Por otro lado, con el fin de mejorar la calidad de las pruebas y garantizar la independencia de los servicios técnicos, Bruselas quiere que se sometan a auditorías periódicas para mantener su denominación y evitar conflictos de intereses con los fabricantes automovilísticos.

Para que la propuesta se convierta en normativa, deberá contar con la aprobación del Parlamento Europeo y de los países integrantes de la Unión.