¿Barra libre de recambios con la impresión 3D?

Impresora 3D

Del mismo modo que se puede imprimir material de construcción o industrial se pueden imprimir piezas de recambio. ¿Supondría esto que cualquier reparador puede fabricar sus propias piezas? Sí y no.En primer lugar hay que pensar algo que, a priori, parece obvio: para imprimir en 3D hay que tener una impresora 3D. Dada la envergadura de muchas de las piezas que se querrían producir la impresora tendría unas dimensiones y un precio absolutamente desorbitado para un cliente o un reparador normal y corriente.En segundo lugar, hay que contar con los materiales. Habría que proveerse de diferentes tipos de metal sólo para una pieza simple, sin tener en cuenta las diferentes especificidades de cada producto, algo inabarcable para un reparador o un recambista pequeño.Donde sí existiría un nicho de mercado interesante es en el mundo de las piezas de recambio exclusivas, ya sean para automóviles con unas características muy especiales o, por ejemplo, para recambios de coches clásicos. En un futuro puede que haya empresas que aprovechen el tirón de estas nuevas impresoras para especializarse y surtir a sus clientes únicamente con estos recambios pedidos expresamente por clientes que buscan diferenciarse encontrando recambios peculiares.Por lo que cabría preguntarnos, ¿transformará esta tecnología el modelo de negocio del recambista? Analizando los puntos anteriores, puede que no, ya que, en principio, serán los grandes fabricantes los que sigan produciendo las piezas de los automóviles más generalistas aunque sea con estas nuevas impresoras. Lo mismo sucederá con los grandes grupos de recambistas que sí podrán tener a su alcance esta tecnología para seguir supliendo así a los demás escalones de la pirámide de la posventa.