Suele ser habitual encontrarse con clientes que acuden al taller y no recuerdan dónde han dejado su llave para quitar los tornillos antirrobo de las ruedas. Esto, en función de la tipología de la llanta, se puede convertir en un problema de cierta envergadura.

En el caso de que fuera instalado en origen, cabe la posibilidad de pedir al fabricante un duplicado. Pero si no es así, no queda más remedio que intentar extraerlos.

En este vídeo se puede ver el utillaje específico que existe para llevar a cabo este trabajo y el modo de hacerlo.