Una tapicería fabricada con 45 botellas de plástico: la innovación de Audi en el A3

Una tapicería para los asientos del nuevo A3 producida a partir de material plástico reciclado, para la cual se utilizan hasta 45 botellas de polietileno (PET) de 1,5 litros. Esta es la innovación de Audi para la renovada versión de su compacto de alta gama, en el que hasta el 89% del tejido empleado está compuesto por botellas recicladas de PET, que son transformadas en hilo con el que se elabora el tejido. ¿El resultado? Según explica el Grupo Volkswagen, ha creado "un material que garantiza los mismos niveles de calidad, en cuestión de aspecto y tacto, que las tapicerías textiles convencionales". Pero es que, adicionalmente, otras 62 botellas más de polietileno se reciclan para fabricar la moqueta que recubre el piso del habitáculo en el nuevo Audi A3, informa Europa Press.Las marcas apuestan cada vez más por emplear materiales reciclados para la fabricación de sus vehículos, no solo por ahorrar costes, sino por ofrecer una imagen de marca moderna y que respeta el medio ambiente. Otros componentes del interior también están aumentando la proporción de materias primas secundarias utilizadas en su fabricación, como por ejemplo los elementos de aislamiento y absorción, los paneles laterales del maletero, el plano de carga y las alfombrillas."El objetivo es claro: aumentar el porcentaje de material reciclado utilizado en la fabricación de los nuevos modelos de Audi en los próximos años. En el proceso, la marca premium continuará ofreciendo a sus clientes productos con los altos niveles de calidad a los que están acostumbrados", explica la empresa alemana.No obstante, en la actualidad la tapicería de los asientos no se confecciona entera con material reciclable. "La capa inferior de material entretejido, unida al material inmediatamente superior con adhesivo, es la que plantea el reto. Estamos trabajando para reemplazarla con poliéster reciclable", ha explicado el responsable del desarrollo de materiales en la división textil de Audi, Ute Grönheim. "Y no estamos lejos de conseguirlo", concluye.