Si un día entrara al taller una clienta tan parecida a la actriz Scarlett Johansson que creyéramos estar ante ella, quizás convendría guardarse para uno mismo la observación, a juzgar por lo que le ha ocurrido al escritor francés Gregoire Delacourt.

En su última novela, titulada La première chose qu'on regarde (Lo primero que miramos), Delacourt describe a una misteriosa mujer como el doble perfecto de Scarlett Johansson. El parecido es tan extraordinario que otro de los protagonistas del libro, un mecánico de un pequeño pueblo francés, cree estar ante la propia actriz cuando se planta en la puerta de su taller en busca de ayuda. Ambos personajes pasan la noche juntos e inician una historia de amor.

Sin embargo, a la Scarlett Johansson auténtica no le ha gustado la coincidencia y ha demandado al novelista por uso fraudulento de los derechos personales. Además, ha pedido a los tribunales que prohíban a la editorial la cesión de los derechos y la adaptación del libro.

Para Delacourt, la demanda ha sido una sorpresa, ya que, según explica, “supuse que tenía derecho a utilizar el material que me rodea a diario, como marcas o estrellas de cine, como si fueran de uso público”. Además, “no he querido escribir una biografía de la actriz, sino un trabajo de ficción, sin ningún tipo de maldad”.