Automovilista | Pagar en función del peso a la hora de aparcar: la medida que será realidad en Francia

Lyon implantará en 2024 el pago contra el 'engordamiento' de los vehículos. En 1990, el peso medio era 1.020 kg. En 2021, esa cifra alcanza los 1.488 kg.

Pagar en función del peso a la hora de aparcar: la medida que será realidad en Francia
El incremento de la seguridad y las baterías explican el gran aumento de peso en las últimas décadas

Pagar en función del peso del coche a la hora de aparcar. Es la realidad que podría llegar próximamente a España. Son muchos los sectores implicados en la movilidad que empiezan a barajar esta alternativa, dado el notorio incremento de peso de los nuevos vehículos, sobre todo, los híbridos y eléctricos. 

Existen ya ejemplos en otros países como Noruega o, sin ir más lejos, Francia, donde algunas ciudades ya piensan en implantar el pago por peso' en el parking.

La primera ciudad en hacerlo efectivo será Lyon, que impondrá a partir de 2024 una tarifa reducida para los coches más ligeros y una tarifa más cara para los coches más pesados que quieran aparcar en el municipio. En concreto, afectará a todos los coches de combustión de un peso superior a 1.800 kg, a los híbridos enchufables PHEV de más de 1.900 kg y a los coches eléctricos de más de 2.200 kg.

Los residentes podrían pagar así hasta 45 euros al mes. Cabe recordar que Francia ya grava con un impuesto de matriculación adicional calculado en función del peso a los coches gasolina y diésel que pesen más de 1.800 kg.

Más peso, más impacto 

“Los vehículos más pesados tienen un impacto mucho mayor en el clima. Consumen más combustible, requieren más materiales para su construcción y, en el caso de los vehículos eléctricos, necesitan baterías mucho más grandes. Al frenar emiten más partículas finas y ocupan más espacio público", explican desde el consistorio.

Lo cierto es que el peso de los vehículos ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. En 1990, el peso medio de los turismos en Europa se situaba en 1.020 kilos. En 2010, esta cifra subió hasta los 1.380 kilos y en 2021, ya alcanzan los 1.488 kg.

El factor fundamental es el incremento de las medidas de seguridad con normativas a nivel europeo que, paulatinamente, han ido incrementando el peso tota de los vehículos.

Las consecuencias son un aumento de seguridad para el conductor y los pasajeros y, al mismo tiempo, un aumento del peligro para el resto de elementos. Mayor peso, mayor energía a absorber. Un accidente entre un vehículo nuevo y uno de hace 20 años puede tener consecuencias fatales para el segundo, sin ir más lejos. 

Tendencia a seguir engordando

Pero no solo la seguridad explica que los vehículos sean cada vez más gordos. La implantación de los Suv y el desarrollo de los nuevos híbridos y eléctricos ha provocado un aumento sustancial, principalmente por un componente: la batería.

Una batería pesa de media entre 250 y 300 kilos. Si el reto del vehículo eléctrico es ganar en autonomía, esto significa que ese peso seguirá aumentando. 

Del mismo modo, si el peso de los vehículos aumentan, serán necesarios neumáticos mas grandes para que puedan rodar con garantías, con ello, frenos, embrague... Y así una serie de componentes. 

Los fabricantes por ahora no parecen interesados en poner remedio a este asunto. Medidas como la de Lyon o una similar que se negociará en Paris pueden hacer extensible este debate.

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