El dueño de un desguace deja un toro bravo suelto como medida antirrobo

Ha sufrido recientemente en total siete robos y cuatro de sus animales han muerto en esos allanamientos

Un toro bravo suelto, medida antirrobo en un desguace

El dueño de un desguace de Montserrat (Valencia) utiliza a dos toros bravos como 'armas' antirrobo tras haber sufrido desde el verano un total de siete robos y después de que hayan muerto cuatro de sus animales en esos allanamientos. Unos hechos que achaca a la construcción de una rotonda junto al desguace.

Al parecer, la Diputación de Valencia expropió parte de los terrenos y derribó uno de sus muros, poniendo una valla metálica en su lugar y dejando el negocio más vulnerable. De esta forma, los ladrones lo han tenido mucho más fácil para entrar en su propiedad y robarle. Por este motivo decidió soltar un toro en la parcela para disuadir a los delincuentes de entrar a robar.Tras el revuelo surgio al conocerse la noticia a través de los medios de comunicación, agentes del Seprona se ha presentado en la parcela para conocer la situación, los permisos y el control veterinario del animal: "Han venido pidiéndome papeles de esto y de lo otro, yo les he enseñado toda la documentación, que está correcta, y ya está", ha afirmado Emilio Cerveró, propietario del desguace.

El toro se encuentra suelto en la parcela -acompañado de otro de menor tamaño y de una piara de cerdos-, aunque alejado de la zona en la que se desenvuelven trabajadores y clientes.

Emilio reivindica el derecho a tener el animal en su parcela y rechaza cualquier posibilidad de trasladarlo fuera de allí, donde realiza una función disuasoria: "Tienen que saber que el toro no se irá, está perfectamente donde está, tranquilo, nunca ha hecho daño a nadie", ha apuntado, hablando del toro que es cuidado como si se tratara de una mascota.

“Lo único que pido es seguridad; yo antes tenía mi negocio bien protegido y ahora tengo una valla que de un estirón se queda colgando, dejando que cualquiera pueda entrar al recinto libremente y que los animales se escapen; necesito que pongan alguna pared o planchas metálicas, cualquier cosa que proteja mis posesiones y a los conductores que puedan cruzarse con alguno de los animales fugados; se trata de un peligro que podemos evitar”, asegura .

Según cuenta, la Diputación no le permite construir de nuevo el muro, puesto que le piden que se aleje 25 metros del límite actual, obligándole a perder superficie de su propiedad. "Tengo una superficie de 65.000 m2 y hay una gran parte que ya no puedo utilizar (…) no tenemos apenas espacio para trabajar”, explica el afectado.

Además, Cerveró asegura que es muy probable que vuelvan a realizar una expropiación que implicaría el bloqueo casi total de la entrada de vehículos, dejando su negocio prácticamente sin posibilidades de seguir adelante.