Tal vez la circunstancia más grave sea que estos registros suponen un aumento del uso de neumáticos en mal estado respecto al estudio realizado en 2011, que indicaba que la baja presión estaba presente en seis de cada diez coches y el desgaste excesivo, en el 20% de ellos.Esto quiere decir que la crisis económica se traduce en un mantenimiento cada vez peor de las cubiertas. En este sentido, Bridgestone recuerda tanto la repercusión de este hábito sobre la seguridad como el incremento del consumo de combustible que suponen los neumáticos poco inflados.Así, incide en el hecho de que tratar de ahorrar en el mantenimiento correcto de las cubiertas y su sustitución periódica no sólo es peligroso, sino poco rentable.