Recientemente estuve hablando con el director de mi oficina bancaria, en la zona alta y bonita de Barcelona, cerca de los centros comerciales y concesionarios más exclusivos.

Una de sus múltiples preocupaciones es lo mucho que les cuesta vender más y novedosos productos a sus clientes. Y no es porque sus productos y servicios no sean buenos… es que cada vez pasan menos clientes por la oficina. Los servicios online y los cajeros automáticos hacen que los clientes pasen cada vez menos por la oficina. Y como hay pocos clientes, han reducido las personas que los atendían, con lo que te puedes encontrar solo en una oficina bancaria…haciendo cola para que te atiendan.

Tienen, igual que en el mundo del motor, incontables mecanismos de control de paso, ratios de penetración de venta y de satisfacción del cliente. Charlando con él, me doy cuenta de que están haciendo verdaderos esfuerzos para acercarse a sus clientes, pero les cuesta muchísimo. Sus esloganes publicitarios van en esta dirección, pero han pasado a ser música para nuestros oídos. Los clientes de los bancos nos sentimos “poco clientes”. ¿O no? Más bien usuarios, algunos “rehenes” de una hipoteca firmada en tiempos mejores. Sorprende ver estas superempresas preocupadas por el cliente individual…

Estuve en el conocidísimo restaurante de Lleida que tiene como reclamo desde hace décadas sus famosos “cargols a la llauna”. Te cuentan que el embutido está exclusivamente elaborado para ellos, las alcachofas son espectaculares y, después de los caracoles, nos ofrecieron una cola de rape que nos “tenía que cambiar la vida”. ¡A este tipo lo quiero trabajando para mí! El rape estaba bueno, pero mi vida sigue igual. Y todos contentos. Nosotros comimos fenomenal, estuvimos en un ambiente muy agradable, el precio fue correcto y él colocó todo el rape que tenía!.

Moraleja. Si tienes clientes que vienen a tu casa, eres un privilegiado. No aceptes ninguna excusa. Inténtalo con todas las ganas, ilusión, fe, conocimiento, formación…

¡Que el cliente pida la cola de rape que te cambia la vida, o no… depende de nosotros!