Los talleres ilegales representan en la actualidad un serio problema en el sector, que cada vez padece mayores consecuencias por el ejercicio clandestino de estos negocios.

Un ejemplo de ello es la situación que padecen en el polígono El Brosquil de Oliva (Alicante), donde las empresas allí afincadas sufren pérdidas anuales que ascienden al 25% por culpa de los centros pirata establecidos en la zona.

Entre esos establecimientos también se encuentran negocio relacionados con la automoción, los cuales no cumplen con las normativas que estipula la ley, según apunta Las Provincias.

El presidente de la Asociación de Empresarios de El Brosquil, Paco Cardona, indica en el citado medio que estos negocios obtienen mayores beneficios, ya que incumplen “todas las normas laborales y de seguridad”.

Este tipo de establecimientos suele trabajar «con la persiana bajada» pero con algún reclamo para que los «posibles clientes encuentren sus talleres», subraya Cardona.

Todo ello, recuerdan los empresarios, acaba dañando el tejido empresarial, generando pérdidas elevadas. «Hay que tener en cuenta que un taller paga honorarios altos a un especialista, algo que los establecimientos clandestinos no hacen», agregó Cardona.

Asimismo, el presidente de los empresarios asegura que la Guardia Civil suele visitar el polígono para hacer controles a las empresas legales, pero falta “un poco de control sobre estos negocios clandestinos”.

Por otro lado, Cardona añade que las empresas con una situación legal llevan un férreo control sobre el material que utilizan y desechan. En cambio, los ilegales abocan los restos en cualquier lado. “Aparecen filtros de coches o camiones en las papeleras del polígono y recipientes con aceite usado en cualquier parcela», denunció Cardona.