Los talleres deben hacer frente a los gastos ocasionados por los residuos que se generan en las reparaciones. Así lo afirma la asociación de vendedores Ganvam, quien además explica que los talleres deben hacerse cargo también de la gestión de los residuos derivados de sus propios productos, bien sea a través de un Sistema Integrado de Gestión (SIG) de estos residuos, o contribuyendo económicamente a costear la gestión de los mismos.

Cuando el taller colabora con un SIG, se convierte en poseedor temporal de residuos, sin soportar coste alguno y sin cobrar por ello. Si el cliente rechaza piezas residuales, viéndose por ello el taller obligado a recogerlas, éste debe actuar como un intermediario que recoge residuos y podrá cobrarle al conductor por su recogida, siempre que le informe con anterioridad de los servicios y del precio de los mismos, explica Ganvam.