Primero fue Google (ver noticia) y ahora, también Apple. La marca de la manzana quiere empezar a fabricar su propio vehículo en 2020, según ha publicado Bloomberg. Una irrupción en el mundo del automóvil que puede acarrear cambios importantes para el panorama de la posventa de automoción.

La razón por la que Apple se ha marcado esta fecha sería que tanto Tesla como General Motors tienen previsto entrar en el mercado de coches eléctricos asequibles poco antes. De este modo, el fabricante de tecnología se uniría a un tablero en el que ya habría algunos grandes actores operando.

De hecho, Tesla tendría pensado lanzar un modelo eléctrico “económico” en 2017. Su precio rondaría los 30.000 euros y su autonomía superaría los 300 km con una sola recarga.

El hecho de que Apple se interese por este tipo de propulsión podría significar el impulso definitivo para los vehículos eléctricos, especialmente por el tipo de avances tecnológicos que podría generar la marca, sobre todo en cuanto a autonomía y conectividad.

Por supuesto, su irrupción en el mundo de la automoción será todo un reto para los constructores de vehículos tradicionales y también para las redes de posventa.

Apple es una compañía que, al igual que Tesla, tiene uno de los pilares fundamentales en la experiencia de marca que viven sus clientes, por lo que resultará curioso ver cómo articulará sus servicios de posventa.