El accidente ocurrido en Chiclana la semana pasada, en el que dos hombres resultaron heridos al aplastarles un coche que arreglaban en un taller ilegal, ha reabierto el debate sobre los riesgos que conllevan este tipo negocios.

Así, desde la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (Femca), su secretario general, José Muñoz, ha denunciado la proliferación de dichos establecimientos clandestinos en la provincia.

Muñoz indica en el Diario de Cádiz que “en la provincia existen el mismo número de talleres ilegales que legales; calculamos que hay unos 1.200 talleres, pues 600 cumplen la normativa y los otros 600, no”.

Incluso, los empresarios añaden que tienen conocimiento de que algunos talleres llevan 30 años abiertos sin licencia.

La federación indica que a lo largo de todo el año realizan campañas con el fin de evitar la actividad de estos centros. En la última, con el eslogan ‘Por la seguridad vial’ se quiso concienciar a los usuarios para que acudan a talleres profesionales que reúnan todos los requisitos y autorizaciones para ejercer en el sector.

Desde la patronal señalan que los centros piratas carecen de los obligados permisos y licencias que son necesarios para desarrollar este tipo de actividad con garantías, lo cual implica una serie de graves riesgos, tanto para los trabajadores como para la seguridad de la conducción de los coches que allí se arreglan.

Los talleres deben tener, al menos, apuntan desde la asociación, las licencias de Medio Ambiente, Industria y de apertura, "pero muchos de ellos no disponen de estas autorizaciones, lo que provoca una competencia desleal con respecto a aquellos talleres que cuentan con todos los permisos". Por ello, Femca solicita que las administraciones intensifiquen los controles.