Los badenes y resaltos en las calles tienen por objetivo reducir la velocidad. Pasar por ellos a una velocidad excesiva, además de comprometer la seguridad vial, puede provocar averías en el coche que conlleven una visita obligada al taller.

Por eso, Diariomotor ha elaborado una guía para que los conductores eviten averías que pueden producirse en sus vehículos si no reducen la velocidad ante estos elementos.

Una de las principales víctimas de pasar un badén a una velocidad elevada serán los neumáticos, puesto que pueden sufrir deformaciones o presentar bultos y cortes en la banda de rodadura o los flancos.

El daño que se genera a las ruedas en este caso es similar a dar un 'bordillazo' o aparcar con los neumáticos muy pegados a la acera.

Conducir muy rápido por resaltos puede acortar, según Diariomotor, la vida útil de los amortiguadores hasta el 50%. Además, tener la suspensión en mal estado puede hacer perder el control del vehículo ante un frenazo inesperado o una maniobra de esquiva.

Por otro lado, la web recuerda que una conducción agresiva en los badenes provoca holguras en diversos componentes del coche, como los cojinetes de los brazos de suspensión y los silentblocks del motor. También, se producen crujidos en el salpicadero y en los paneles de plástico del interior del vehículo.

Por último, pasar a velocidad alta un resalto puede alterar la geometría de dirección y los ejes. En este caso, "se dañan el equilibrado de los neumáticos y el paralelo, además de un desgaste irregular de los neumáticos".