El escándalo del falseo de los resultados de consumo de combustible desde 1991 en el que está inmerso Mitsubishi Motors y que afecta a más de 600.000 vehículos está lejos de llegar su fin.

El fabricante japonés ha reconocido irregularidades en las pruebas de consumo de automóviles diferentes a los cuatro modelos anunciados originalmente (Mitsubishi eK Wagon, eK Space, Nissan Dayz y Nissan Dayz Roox).

En una rueda de prensa, el director ejecutivo de la marca nipona, Osamu Masuko, ha pedido disculpas “por los problemas ocasionados”, aunque no ha especificado cuántos vehículos adicionales están afectados.

Las consecuencias del escándalo siembran incertidumbre respecto al futuro de la compañía, debido al volumen de las posibles indemnizaciones que tendrá que pagar a conductores, a Nissan y al Gobierno nipón, puesto que el fabricante recibió ayudas públicas por sus datos de eficiencia energética.

Precisamente en el marco de la crisis, Nissan ha alcanzado un acuerdo por el que compra el 34% de las acciones de Mitsubishi por alrededor de 2.000 millones de euros, con lo que se convierte en el principal accionista de la firma nipona.

Al respecto, el consejero ejecutivo y presidente de Nissan, Carlos Ghosn, ha afirmado que la alianza “permitirá crear una nueva y dinámica fuerza dentro de la industria de la automoción”.