La crisis de Volkswagen por el escándalo de las emisiones no solo afecta al grupo, sino que va a repercutir en las ventas de vehículos diésel a nivel global.

Así lo afirma un estudio de la consultora Roland Berger, especializada en el sector del automóvil.

Según las previsiones de la firma, en cinco años se venderán en la Unión Europea casi un millón menos de vehículos diésel que actualmente, lo que se traduce en una caída del 17%.

De este modo, la consultora prevé que en 2020, la penetración de motores diésel en el mercado europeo descenderá hasta el 48%, cinco puntos porcentuales menos que en 2015.

Fuente: Roland Berger

Pero ahí no queda la cosa. Según Roland Berger, en un plazo de 15 años, es decir, en 2030, la cuota de coches diésel caería en Europa hasta el 41%, que en volúmenes actuales supone dos millones de automóviles menos.

Además, En Europa “el motor diésel será más caro en este marco futuro”, asegura el estudio. “Habrá un esfuerzo general para reducir las emisiones de CO², la normativa al respecto se endurecerá y habrá cambios fiscales en algunos estados miembro”, añade.

El informe recuerda que en Europa se fabrican 15 millones de vehículos a motor, de los que unos tres millones salen de las plantas españolas.

Y es que, nuestro país es el octavo productor mundial de automoción y el tercero de la UE, tras Alemania y Francia (aunque no todos se venden en el mercado europeo, por lo que la exportación tiene un gran peso).

Según el análisis de la firma consultora, el diésel seguirá siendo la tecnología dominante, pero con importantes cambios. Así, en los coches mini —como el Fiat Panda— el diésel desaparecerá (ahora supone el 2%).

En los coches pequeños, como el Peugeot 208, este tipo de combustible caerá diez puntos hasta 2030: del 36% al 26%. En ambas gamas de vehículos, la gasolina pasará a ser la opción mayoritaria.

En cambio, en los coches de mayor tamaño, el diésel seguirá como primera opción, aunque perderá importancia. Será en los modelos “executive”, como el Mercedes E, en los que el diésel estará más extendido, hasta el 70% del parque en 2030 (frente al 88% actual).

El estudio añade que no solo se verán afectada la venta de vehículos diésel, sino que lo hará toda la cadena productiva.

Según la previsión, los fabricantes pondrán especial énfasis en el desarrollo de nuevas tecnologías, como el coche eléctrico, mientras que las empresas de componentes se centrarán en aumentar la demanda de baterías para los eléctricos, mejorar la calidad de las mismas e implementar ahorros de coste en modelos de gasolina más eficientes.