Toyota quiere que todos los coches que ponga en el mercado a partir de 2016, tanto en Japón como en Estados Unidos, tengan de serie sistemas clave como el motor o la transmisión conectados a internet. La razón aducida por la marca es poder así vigilar su rendimiento, anticipar averías y alertar a los conductores de las mismas.

Aunque tener estos sistemas conectados a la red ya es un extra disponible (en Japón hay más de 700.000 vehículos de Toyota 'online'), el gigante nipón quiere que todos sus nuevos productos lo ofrezcan de serie. Lo hará, en una primera fase, en sus dos mayores mercados, pero con vistas a ampliarlo a otros países en el futuro.

La idea no es nueva, pues Tesla ya incluye de serie este equipamiento en sus coches eléctricos; pero se trataría del primer fabricante a gran escala en generalizar este servicio ya que las ventas combinadas de Toyota en Japón y Estados Unidos están en torno a los 4 millones de automóviles al año.

Toyota está en negociaciones con empresas japonesas y con otros proveedores de comunicación inalámbrica en Estados Unidos para el suministro de dispositivos que conecten los componentes de los coches a la Red.

Este tipo de interconexión, que hasta ahora se utilizaba para actualizar mapas y localizaciones en sistemas GPS, enviará la información captada por sensores en motores y otros componentes a los talleres de Toyota para que los técnicos puedan analizar su rendimiento. Esto permitirá predecir posibles averías y recomendar a los conductores que lleven su vehículos a revisión.

Toyota cobra en Japón actualmente 95 euros al año por el servicio y prevé mantener una cuota cuando el sistema sea de serie, aunque aún baraja distintos precios.

Esta decisión estratégica sería un paso más de los fabricantes para tomar la delantera a la reparación multimarca, ya que su posición en el mercado en este tipo de tecnología está muy avanzada respecto a la independiente que ya en Europa, a través de las distintas asociaciones, están presionando a los organismos comunitarios para que regulen la conectividad y no deje en fuera de juego a la reparación no marquista.