Lo que hace tan sólo unos años parecía una mera fantasía está a punto de convertirse en realidad. A finales de esta década, los vehículos tendrán un piloto automático que permitirá al conductor utilizar su teléfono, o incluso leer durante todo el trayecto.

Grandes fabricantes como Volvo o Mercedes, y proveedores como Bosch están trabajando para llegar que el piloto automático sea real en 2020. De hecho, ya han realizado numerosas pruebas. La conducción autónoma ya está en marcha en una fase inicial y se ha testado en autopistas, ya que, de momento, es el único lugar que reúne las condiciones para hacerlo.

En estas vías, los prototipos han circulado con cámaras y radares que sobresalen de la carrocería del vehículo, pero que, en su fase definitiva, irán adaptados completamente al vehículo. Así, se ha comprobado que tienen una fiabilidad del 90%, aunque la normativa exige un 99%, como en el caso de los aviones, según recoge Elpaís.com.

Otro problema es el marco legal. En la actualidad, las aseguradoras exigen que una persona pilote el vehículo y sólo en los casos en los que un coche ya cuente con piloto automático, como es el caso del Mercedes Clase S, se permite que el conductor mantenga las manos en el volante sin hacer fuerza. En ningún caso la póliza cubre al asegurado si no mantiene las manos al volante.