Todo comenzó de repente, con un accidente entre varios vehículos en las inmediaciones de un taller mecánico. El siniestro provocó un incendio que en cuestión de minutos se extendió hacia el negocio de reparación.

Las llamas calcinaron el local y generaron la explosión de los vehículos que había en su interior.

Rápidamente acudieron al lugar miembros de la Policía (local y nacional) y un coche de primera intervención, que intentó controlar las llamas.

Las primeras investigaciones indicaban que el origen podía estar en un gran laboratorio clandestino de estupefacientes.

Los agentes de seguridad se trasladaron al edificio en el que se encontraban los narcotraficantes. Puesto que ofrecieron resistencia, la policía tuvo que asaltar el inmueble. Se produjo entonces un tiroteo entre ambas partes que dejó varios heridos.

Esta cinematográfica situación pertenece a un gran simulacro organizado por el Ayuntamiento de Madrid, con el que ha cerrado las XXII jornadas municipales de catástrofes.

La edición de este año se ha desarrollado en la base aérea de Cuatro Vientos.Hasta allí se desplazaron más de 600 efectivos de las fuerzas armadas, Policía municipal y nacional, Samur y bomberos. Además, participaron 62 vehículos, dos helicópteros y un avión. Todo ello ante la presencia de más de 3.000 espectadores.