Treinta y dos personas detenidas y 25 coches robados recuperados. Balance de la operación realizada por la Policía Nacional española contra una red de tráfico ilícito de automóviles que operaba en el extranjero.

Personal de concesionarios y talleres oficiales e ingenieros de las inspecciones técnicas de vehículos colaboraban con la red de delincuentes para emitir certificados que "tranquilizaran" a los compradores de los automóviles.

El modus operandi, según detalla la Policía Nacional, era el siguiente: los vehículos eran robados en diferentes países europeos y trasladados a España para su comercialización. Aquí, los trabajadores de algunos concesionarios y talleres oficiales -que no se han hecho públicos- expedían certificados de que el automóvil no había sido manipulado. Los ladrones contaban, además, con el apoyo de otros intermediarios que se encargaban de matricular las unidades o incluso de algunos ingenieros de ITV para expedir cualquier tipo de certificado necesario para no hacer sospechar a los compradores.

Los coches habían sido comercializados en Madrid, Santander, Tarragona, Valencia, Alicante, Castellón, Cuenca, Almería, Córdoba, Jaén y Granada. En todos los casos se trataba de automóviles de menos de tres años de antigüedad y con precio en el mercado superior a 50.000 euros. Siempre iban acompañados de la documentación perfectamente en regla... pero falsificada. 

Para la venta de estos vehículos de lujo, la banda utilizaba el canal de Internet y luego redirigía a los clientes a concesionarios oficiales. Una vez allí, se expedía el certificado de que la unidad no había sido manipulada, eso sí, previo pago del informe por parte del cliente. El delito se ha destapado cuando un jefe de taller corrupto de un concesionario ha intentado extorsionar a la banda de delicuentes.