Shell ha elaborado una guía con consejos para los conductores con vistas a preparar el vehículo para el invierno, época del año donde las condiciones climatológicas pueden favorecer que aumenten las averías o comprometer la seguridad al volante.
- Motor. Es importante elegir el lubricante que se ajuste mejor a las necesidades del motor y cumpla con las especificaciones del fabricante. Un aceite sintético de baja viscosidad fluye con mayor rapidez y minimiza la fricción y el desgaste de las piezas durante el arranque en frío.
“Con el uso de lubricantes sintéticos elaborados a partir de gas natural en lugar de petróleo, como Shell Helix Ultra con tecnología PurePlus, pueden prolongarse los tiempos de cambio, a la vez que se reduce la necesidad de rellenos de aceite por su menor volatilidad”, destaca la marca.
- Neumáticos. Son uno de los elementos más importantes que se han de revisar ante la llegada del cambio de estación para evitar accidentes como el aquaplanning. Shell recomienda prestar especial atención al dibujo de la cubierta, que debe estar bien definido a lo largo de todo el ancho de banda. También pueden utilizarse neumáticos específicos para el invierno, que se caracterizan por tener el trazo más profundo y la goma con un compuesto más blando y de mayor agarre con temperaturas frías.
Las cadenas también son otro elemento que se debe tener en cuenta, sobre todo, para la conducción por nieve.
- Frenos. Para Shell, inspeccionar las distintas partes (discos, pastillas, pinzas o tambores, si los lleva) para su óptimo funcionamiento es otro de los puntos a resaltar para asegurar el vehículo ante la nieve, el hielo o la lluvia, ya que estos materiales funcionan en gran medida por fricción, y las inclemencias propias del invierno les afecta de forma directa.
En esta senda, Shell recomienda prestar especial atención si al activar el pedal de freno se detecta algún sonido. Que los frenos suenen puede deberse a pastillas en mal estado, unos discos deteriorados o a que haya que realizar una revisión en el circuito del líquido de frenos.
- Líquido anticongelante. Su principal función es mantener la temperatura óptima del motor (unos 90ºC, aproximadamente) durante su funcionamiento, para que el agua usada para refrigeración no se evapore ni se congele. Shell aconseja asegurar que el depósito cuente con los niveles establecidos por las marcas guía que incorpora, y que no esté muy sucio, en cuyo caso se tendrá que acudir a un profesional para que lo cambie, pues debe hacerse con el motor en marcha.
- Visibilidad. Durante la estación invernal, es fundamental cuidar al máximo los elementos que afectan a la visibilidad del vehículo. Al ser los días más cortos, se utilizan las luces durante más tiempo, por lo que hay que cuidar que estas funcionen correctamente y disponer de repuestos para sustituirlas ante cualquier imprevisto.
Por otra parte, las lunas del vehículo soportan elevadas diferencias de temperatura y la mayor frecuencia de lluvias, e incluso nieve, trae consigo que hagamos más uso de los limpiaparabrisas. Por ello, es importante cambiarlos (delanteros y traseros) si se han deteriorado o han bajado su rendimiento.
