Operativo del Seprona contra los talleres ilegales en Tarragona. La actuación del cuerpo se produjo el pasado viernes en un polígono de la AP-7, conocido como La Canonja y tras un aviso de que en una vivienda se realizaban tareas de reparación de forma clandestina. Siete personas han sido identificadas, entre ellas, dos clientes.

"Este tipo de actividades no solo producen un daño medioambiental, sino que suponen una competencia desleal para el resto de negocios que operan con los permisos en regla", ha expresado en el diario Crónica Global el teniente José Carlos, jefe del cuerpo en Tarragona.

De hecho, mientras el Seprona revisaba la zona, hasta el lugar llegaron tres grúas con la intención de descargar vehículos averiados, ante la estupefacción de los agentes, que levantaron un acta de actuación acompañada de vídeos y fotos para dejar reseñado todo lo hallado en el lugar, refleja este medio.

Una segunda nave con chatarra

Los agentes localizaron al propietario de la vivienda, a quien incoaron para sanción por no disponer de los permisos en regla para operar un taller. Tras ello, los agentes comprobaron la existencia de una segunda nave llena de coches clásicos despiezados.

El dueño, a quien los agentes propusieron para sanción, no disponía de contrato de gestión de residuos, tampoco había tenido la precaución de impermeabilizar el terreno, de forma que los vertidos de los vehículos caían directamente sobre el suelo. Junto a los coches se levantaban pilas de neumáticos y acumulaba botellas de gases para soldar, altamente inflamables, a pleno sol.

Con esta operación, los agentes del Seprona han desmantelado uno de los talleres ilegales con mayor capacidad en la provincia de Tarragona. El problema, explican desde el cuerpo, son las pocas consecuencias. Por la vía penal, las penas por delitos medioambientales son mucho más bajas, la mayoría no acarrean condenas de prisión, y por la vía civil, si las personas responsables se declaran insolventes no existen consecuencias reales para ellas.