Con menos visitas y menos facturación, el taller tiene dificultades para pagar y el distribuidor de recambios se ve obligado a proporcionarle financiación para poder cerrar determinadas operaciones. La crisis está provocando que los recambistas funcionen cada vez más como un banco para el taller. Así lo ha denunciado Agustín García, presidente de Grupo Serca, que ha valorado la situación del sector del recambio en esta época tan "compleja y cambiante".

Según el presidente de Serca, el principal problema de los distribuidores de recambios es afrontar los "costes desmesurados". "La distribución de piezas española no es la mejor del mundo, porque nos falta rentabilidad y competitividad, pero sí es la que da el mejor servicio". El problema es que esta apuesta por el servicio entraña grandes costes, incluido el de la financiación que los recambistas tienen que dar a sus clientes, los talleres.

"Tenemos una serie de estructuras, inversiones en formación, márketing... En un mercado estancado y con unos clientes muy exigentes, tenemos que ofrecer el mejor sevicio a pesar de los costes. Por eso, debemos mantener la cabeza fria y no volvernos locos tirando los márgenes, que son de los que vivimos", ha recalcado. Además, Agustín García ha recordado a los distribuidores de recambios asistentes que deben tener cuidado con la morosidad, que incluye tanto impagos como retrasos en los cobros, y ha demandado a los fabricantes de componentes "información técnica, formación y precios ajustados a nuestro mercado".

A pesar de las dificultades, el presidente de Grupo Serca ha cerrado su intervención con un mensaje optimista, recordando que el sector del recambio no está entre los más perjudicados por la crisis: "Con la que está cayendo, nosotros seguimos sobreviviendo y trabajando. Además, en Serca creemos que los tiempos difíciles son interesantes y ofrecen oportunidades de negocio".