En plena apuesta por parte de la industria para situar el GLP como alternativa a los combustibles tradicionales (ver artículo) llega una noticia que no ayudará precisamente a su popularización. Un taxi del modelo Toyota Prius equipado con un sistema de propulsión a GLP ha explotado en Barcelona, hiriendo a tres personas.

Según informó el Institut Metropolità del Taxi de la ciudad condal, este vehículo había sido modificado por un tercero con una instalación de GLP, algo que Toyota desea remarcar, junto al hecho de que “es técnicamente imposible que un Toyota Prius de serie y sin modificaciones explote en las condiciones que se aprecian en las imágenes a las que hemos tenido acceso”.

Por su parte, el taller barcelonés Manusan, que había realizado la instalación, ha declarado al periódico La Vanguardia que el coche marcaba erróneamente la cantidad de combustible de gas del coche y por ello "anuló la válvula" para que el coche no funcionara a gas a la espera de que llegara la pieza necesaria.

Después emplazó al taxista a volver al día siguiente para rematar la reparación y, al no estar la pieza disponible cuando telefoneó al taller por la mañana, el conductor se empeñó en repostar igualmente GLP, según explica el responsable del taller y al poco tiempo hizo explosión. "Lo que debería haber hecho yo es no dejarle salir del taller", se lamentó el responsable del negocio.

Según La Vanguardia, en Barcelona existen unos 1.500 taxis híbridos y unos 150 funcionan con GLP.

En este sentido, Toyota España desaprueba “la modificación de cualquiera de nuestros vehículos (híbridos o no) mediante la instalación de GLP, ya que dichas instalaciones modifican sustancialmente las condiciones de funcionamiento del mismo y no cumplen los requisitos que Toyota Motor Corporation exige para su aprobación técnica”.