Muchos fallos acumulados en un vehículo que, supuestamente, tenía 81.000 km. Esta extraña circunstancia fue el detonante para que el propietario del coche, un Audi A6 que había adquirido de segunda mano en un concesionario coruñés, investigase qué podía fallar. Y resultó ser el cuentakilómetros: el concesionario había adquirido ese mismo vehículo, un año antes, con 180.212 kilómetros a cuestas, según la prensa gallega.

Por este motivo, el concesionario ha sido condenado a devolver el dinero que pagó el usuario por el vehículo, unos 24.000 euros. Aunque este establecimiento no ha sido condenado por manipular el cuentakilómetros, ya que no existen pruebas de ello, el juez ha entendido que cuenta con los medios suficientes para conocer bien la mercancía que vende.

Así, el hecho de no haber realizado las verificaciones precisas antes de vender el producto no exime de responsabilidad a este concesionario. Pese a que el acusado alegó que el único dato esencial para comprar un vehículo es la fecha de matriculación, el juez le recuerda que basta con visitar cualquier compraventa para darse cuenta de que los vehículos se clasifican por kilometraje.